29/3/12

Entrevista a Manolo Robles

Periodista de la cooperativa de trabajo La Masa de Rosario a cargo del diario digital Redacción Rosario. Trabajó en otros medios como El Ciudadano, y Radio Nacional donde actualmente mantiene un programa propio. Participó de luchas por la libertad de prensa y el trabajo digno como lo fue el conflicto del 2000 en lo que era El Ciudadano y la región a cargo de una sociedad anónima liderada por Eduardo J. López, integrante del Grupo Uno.
¿Cómo surge redacción Rosario de forma cooperativa?
La cooperativa a la que pertenecemos es La Masa. Redacción Rosario es un producto de la cooperativa. Desde La Masa nos planteamos no sólo crear un medio propio como lo es el diario digital si no también brindar un servicio a todo aquel que lo necesite sobre lo ligado a la prensa. Surge a fines del 2007, porque la idea era generar una fuente de laburo digno y que la podamos manejar nosotros. Fundamentalme después de varios años de experiencia de trabajo bajo dependencia en diferentes medios. La Masa tiene dos vertientes, por un lado un grupo de compañeros que trabajábamos en El Ciudadano, que éramos la mayoría y los que venían de diferentes empresas periodísticas a unirse al proyecto. Por otro lado gente que venía llevando a cabo el periódico El Eslabón, que era una experiencia autónoma. Con los trabajadores del Eslabón teníamos relación desde el primer conflicto de El Ciudadano en el año 2000, porque había sido uno de los pocos medios que había cubierto el hecho.
Varios de nosotros a partir de ese momento comenzamos a darles una mano en la redacción a ellos y en la primera época, firmábamos con seudónimos para que no nos echen del Ciudadano. Con otros compañeros de diferentes medios que hoy trabajamos juntos, teníamos una relación de amistad más allá de lo laboral. También algunos en aquel entonces hacíamos prensa de las empresas recuperadas de la zona. Así formamos ANTER, que era la agencia de noticias de los trabajadores de empresas recuperadas, funcionaba a través de un sitio en internet donde cargábamos notas y las mandábamos a los medios de la ciudad y así conocimos lo que es el cooperativismo.
A fines del 2007 comenzamos a reunirnos y en enero del 2008 se conforma la Asociación de diarios cooperativos de la República Argentina y a mí me toco ir a cubrir ese hecho a La Rioja para una revista de una Federación de empresas recuperadas. La asociación de diarios cooperativos estaba conformada por cuatro diarios, el diario de La Región de Resistencia, el Centro País de Villa María, Comercio de Córdoba y El independiente de La Rioja. Nosotros al ver el ejemplo de esos periódicos que funcionaban bien, nos terminamos de convencer al ver que en el propio rubro de la comunicación había experiencias de autogestión exitosa y nos planteamos darle la forma a nuestro proyecto. Además porque ninguno de nosotros estaba en la condición de ser empresario y buscamos una figura jurídica como la de la cooperativa para estar habilitados a vender publicidad, generar ingresos y poder distribuirlos entre nosotros y decidir democráticamente que hacer en el diario. Ya que en el esquema de trabajo de la cooperativa cada asociado tiene el mismo derecho que los otros para decidir y nos parecía muy interesante. El objetivo era generar una fuente de trabajo propio y a la vez aportar con Redacción Rosario a la pluralidad en un ámbito geográfico, como el de Rosario y la zona, en el que hay una gran concentración de medios.
¿Esa sería la principal diferencia de trabajar en una empresa?
En realidad, la cooperativa de trabajo es una empresa pero sin empresario. No hay alguien que aporte el capital y tome las decisiones.Nuestro capital lo hacemos entre todos, es la fuerza de trabajo. No teníamos dinero, teníamos el cuerpo no más. Todos tenemos voz y voto para tomar determinaciones.
¿Y similitudes hay?
Si. La similitud es que tenemos la intención de generar recurso, no es una entidad sin fines de lucro. Es un modo de empresa distinto, con otra organización. Tenemos las mismas obligaciones, pagamos impuestos, tenemos responsabilidades y nos hacemos cargo del laburo. Yo estoy convencido de que la autogestión de los trabajadores que toma forma de cooperativa en vez de empresa es una novedad política y económica muy fuerte después de la crisis del 2001. Porque los empleados que se quedaron sin trabajo, en vez de ir a pelear por la indemnización o por lo que le quedaron debiendo, tuvieron la actitud de juntarse y tratar de mantener la fuente de trabajo. Eso fue uno de los hechos más revolucionarios que se dio en todo ese marco. Es uno de los emergentes de la crisis del liberalismo.
¿Cuáles son los obstáculos más grandes que les surgen?
Para nosotros el principal obstáculo fue la falta de capital. Hemos accedido a algunas políticas públicas de apoyo con respecto a este sector que fue importante. Lo que yo no llamaría dificultad pero determina la forma de funcionamiento es la relación que hay entre los integrantes de la cooperativa. Este modo de organización de manera democrática en donde todos tenemos los mismos derechos genera que a veces tengamos que discutir un rato una seria de cosas para llegar a un acuerdo. Pero eso puede complicarse al comienzo, después ya no.
Cuando uno trabaja en forma de dependencia tiene una tarea especifica que cumplir por la cual te pagan ya fin de mes vas a cobrar. Entonces haces tu tarea, cobras tu sueldo y el resto del funcionamiento de la empresa no te interesa, o al menos no tenes responsabilidad respecto al resto. En la cooperativa hay que pensar en todos los términos. Por ejemplo si hay un dinero para repartir hay que evaluar también que el mes que viene hay que pagar algo, entonces no se reparte la totalidad entre todos, si no que se guarda una parte para los gastos. Esa son decisiones que tenemos que ir tomando que antes no entraban en nuestra lógica.
¿Todos trabajan en otros medios además de Redacción Rosario o alguno logra vivir de lo que gana con ese sólo empleo?
Nosotros arrancamos sin nada, lo que hicimos fue ir a visitar a gente conocida, de sindicatos, de otras cooperativas y de relaciones que teníamos para pedirles que nos banquen ese comienzo, a través de auspicios. Todos arrancamos viviendo de otra cosa. Hoy ya somos varios los que nuestro principal ingreso lo genera este periódico. También hay quienes todavía no lo lograron y que hacen laburos puntuales en la cooperativa. Hemos crecido en facturación, más allá de que sigue siendo nuestro lado débil la comercialización y la generación de recursos, hemos crecido bastante en eso. Hoy son cinco o seis los que tienen como principal ingreso lo que se gana en la cooperativa y los otros lo toman como un complemento. Nosotros el dinero lo distribuimos de acuerdo al trabajo que realizamos, el que labura mas hora cobra más. También a veces se realiza prensa a otras entidades desde Redacción Rosario y quienes las hacen ganan un plus, pero una parte de la ganancia queda como fondo para la cooperativa.
¿Cuál es tu deseo para Redacción Rosario y tu trabajo como periodista?
Para la cooperativa en sí, la idea es poder generar mayores recursos y así poder asociar a más compañeros. Cuando empezamos éramos 11 y hoy somos 18. Además optamos por esta forma de autogestión, siempre desde el lugar de concebirlo como trabajadores. Somos trabajadores de prensa y comunicación y además de generar un empleo digno, queremos hacer un aporte a la lucha del conjunto de los trabajadores, del que nos sentimos parte desde siempre.
Todavía hay mucho por mejorar pero la autogestión para mí ya es un hecho revolucionario. Es decir, no es la socialización de los medios de producción pero es lo más cercano y a la vez se puede desarrollar y sostener en el marco de un sistema capitalista. Me gustaría que sigamos creciendo, y el objetico del medio es poder pasarlo al papel además de continuar en el formato digital. La idea es que crezca la cooperativa como un aporte a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores. Lo que respecta al modo de trabajo, para mí, trabajar sin patrón y poder generar recursos y de manera responsable para la familia de cada uno de nosotros es la plenitud. Participar de la toma de decisiones del trabajo cotidiano es hermoso. Yo hace desde 1990 que venía trabajando en situación de dependencia en distintos medios y esto es la plenitud total.

Entrevista a Hernan Lopez Echague

Hernàn Lopez Echagüe es un periodista argentino nacido en1956, que trabajò en medios como "La razón", "Pagina 12" y la revista "Humor". Fue autor de grandes libros de investigación como "El Otro" y "La frontera". Actualmente vive en Nueva Palmira, una ciudad de 10 mil habitantes del oeste de Uruguay, lejos de los grande centros urbanos donde trabaja de manera independiente. Tuvo conflictos con el poder de las mafias argentinas después de publicar una investigación que lo denunciaba por corrupción y narcotrafico a Duhalde.
Fue perseguido por la dictadura militar argentina en 1976 y se exilió en Brasil durante ocho años. En ese trascurso fue encuestador callejero; empleado de un prestamista; cocinero; artesano; albañil; corrector de enciclopedias; traductor; cantinero; vendedor de baratijas; vendedor de artefactos de agua ozonizada y de cursos de árabe; fabricante de ropas playeras; profesor suplente de historia greco-romana; hacedor de cajitas de plástico para bijouterie, pero no de periodista que era su verdadera profesión. Recibió un premio por su lucha por la libertad de expresión.
¿Cuál fue su primer trabajo periodístico?



Fue como colaborador en el suplemento “Confort para el Hogar”, que publicaba el matutino La Razón en 1984, 1985.

¿Actualmente trabaja de manera independiente o para algún medio determinado?

Desde mi renuncia a Página/12, en 1994, trabajo de manera independiente. Sobre todas las cosas, en la escritura de libros.

¿Considera que con el pasar de los años las posibilidades de trabajo para un periodista se incrementaron?

En mi caso ocurrió todo lo contrario. Es que depende de la naturaleza del periodista, de sus escrúpulos. Conozco a muchos, con los que compartí la redacción en diarios y revistas, que en un abrir y cerrar de ojos saltaron del anonimato a la fama y el dinero fácil. Personas que le brindaron forma y magnitud al célebre chiste de Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”.

Si pudiera describir la plenitud, la felicidad de su trabajo como periodista. ¿Cómo lo haría? ¿Qué necesita para sentirse pleno?


Independencia y libertad absolutas. De modo que a veces me siento a mis anchas, y muchas otras me devora la melancolía.

¿Cuáles fueron los mayores obstáculos que tuvo que superar al principio de su carrera para poder insertarse en los medios de comunicación?

Tuve muy buena fortuna. Un día de octubre de 1984, gracias al puente que me tendió un familiar, fui a ver al director del matutino La Razón. No lo hice como periodista, porque no lo era, sino como un hombre que necesitaba un empleo de cualquier tipo, es decir, en administración, en archivo, en limpieza. El director quiso saber qué me gustaba hacer, y qué creía que hacía bien. Escribir, le dije. Me pidió una nota sobre los hornos a microondas, para ver cómo lo hacía. Le gustó. La publicaron en el suplemento “Confort para el Hogar”. Fue mi primera nota. Y luego siguieron otras, y el paso de una sección a otra, y otros diarios, otras revistas. En 1996, sin proponérmelo, claro, alumbré mi gran obstáculo para continuar publicando en los medios argentinos: el libro sobre Duhalde. Pero no me quejo. Al contrario. Si me pongo a considerar la realidad de los medios en Argentina en este momento, una realidad opaca, alocada y vociferante, no puedo menos que celebrar este dulce ostracismo.