29/8/11

Una sociedad anónima con nombre y apellido

Con más de diez años de vida, el diario rosarino está en crisis. El responsable de todos los conflictos fue Eduardo J. López.

El diario El Ciudadano existe hace más de diez años en Rosario, pujas, engaños y situaciones laborales precarias son parte de una historia que algunos prefieren olvidar. En determinados momentos estuvo presente la posibilidad de que el multimedio La Capital no fuera la única voz de la ciudad, pero la realidad fue que las corporaciones patronales se encargaron de hundirlo y junto con él a sus trabajadores. Una sociedad fantasma que se dio a llamar Nifadel S.A, una empresa offshore que fue creada para esconder al verdadero dueño, al que no se le pueda reclamar nada, es decir, al ex presidente de Newell’s, Eduardo José López.

Para la justicia el responsable de Nifadel S.A, era Miguel Ángel Tardío, Presidente de la misma y director del diario. En términos de legalidad E. López no existe. “Era un secreto a voces”, trabajadores, sindicalistas, y hasta su propio abogado defensor, en esta causa, coincidieron en que todo estaba planteado con una estructura económica, jurídica y contable pensada para que López se deshaga del Ciudadano, cuando lo prefiera, sin tener que rendir cuentas. Un empresario que eludió a la justicia y que logró vencer a la opinión pública.

El Ciudadano & La Región nació en 1998 de la mano de Orlando Vignatti y se comenzó a producir en las oficinas actuales instaladas en Dorrego y San Luis. En ese primer momento, el diario sale a disputar con La Capital, pero un año más tarde, Vignatti se asoció con Daniel Vila y José Luis Manzano para conformar el Grupo Uno, propietarios también de La Capital, LT8 y LT3. En ese contexto, tenían pensado cerrar El Ciudadano y abrir una revista, pero para eso tenían que reducir el personal.

Entonces, a las mentes maquiavélicas se les ocurrió una mejor idea: dejar el diario a cargo de un nuevo socio, López. Hasta este momento la redacción siguió funcionando en el edificio original. “Este local no es de López, es de Vignatti. Pero brindándole el lugar allanaron el camino para que se haga cargo del sueldo de los trabajadores. Es más, El Ciudadano se imprimía en La Capital, con un costo simbólico”. Expresó Juan Pablo Sarkissian, cronista del diario e integrante de la comisión directiva del Sindicato de Prensa de Rosario, sintetizando el comienzo de la historia que padeció desde la fundación del medio.

Sarkissian explicó que al hacer la transferencia del Ciudadano a López, se construye Nifadel S.A. En relación a esto, Manolo Robles, ex empleado del diario agregó: “Miguel Ángel Tardío era un tipo que laburaba para López, el capataz del Bingo. En el directorio de Nifadel S.A figuraba gente que integraban la barra brava de Newell’s, personas insolventes.” Así se iniciaron los conflictos y la lucha de los empleados por poder mantener sus fuentes de trabajo y que 150 familias no queden a la intemperie, lo que era casi imposible ya que el capital accionar de la empresa Nifadel S.A, era de $12000 dólares y con eso no se pagaban ni cinco indemnizaciones. Por lo que López llevó a la empresa a un concurso preventivo de convocatoria de acreedores, claramente las deudas superaban a los bienes activos.

El ex dirigente de Newell’s se vio obligado a mudar la redacción, y el nuevo espacio físico era el Bingo, donde lo refacciona y comienza otra etapa del Ciudadano con López. (Aunque se sigue imprimiendo en La Capital). En este entonces, se resguardaba negando ser el dueño del comercio, pero los trabajadores sabían que no era cierto, tal cual lo explicó Sarkissian.

Después de varios años de soportar una situación laboral lamentable, en el 2007, los trabajadores se encontraron con que El Ciudadano decretó la quiebra y había cerrado sin previo aviso las puertas de la redacción. Al respecto, Robles declaró: “Llegamos un sábado por la mañana a trabajar y estaban las persianas bajas, habían enviado 100 telegramas y a otros 150 trabajadores no nos llegó nada”. Hasta aquí, sólo hay una cara que cuenta la historia, por eso fue necesario entrevistar al apoderado legal de López, Fabio Cerrutti Sacco, quien sintéticamente dijo: “El problema fue muy simple, no había guita”, haciendo responsable de lo sucedido, de manera explícita, a López. Para sorpresa de muchos, Robles coincide con el abogado y añade: “Cuando López pierde las elecciones en Newell’s dejó de pagar los sueldos”. Dicha declaración fue afirmada por Cerrutti Sacco quien agregó: “Los tironeos fueron siempre por lo mismo, por la falta de salarios, no había otra cuestión”.

Según su abogado defensor, López generaba situaciones de tirantés con la gente, porque los convocaban a la audiencia, iban pero sólo para ganar tiempo. “Les decíamos el 24 cobran todo y después llegaba el 24 y no había plata”, confirmó Cerrutti Sacco. Del mismo modo, explicó en términos legales que la gente cobraba sólo un mes vista. Esto quiere decir, que tenían que recibir el sueldo del uno al diez en el mes de mayo y los empleados cobraban en abril o junio pero el 24, por lo que se generaba un mes y medio de atrasos constantes. “Para pagar los sueldos, el dinero se sacaba del club”, destacó.

Respecto a la intervención que tuvo el Sindicato de Prensa en el conflicto Estela Hernández, secretaria gremial, lo definió como aglutinador, representante, negociador y encargado de la logística y organización. Estos dichos fueron avalados por Sarkissian, quien contó que los gastos ocasionados para mantener al diario en pie durante los meses de vacío de poder fueron cubiertos por el Sindicato. Robles también destacó: “Es una organización democrática, siempre tomó decisiones a partir de la discusión en asambleas, hicimos todo en conjunto”.

Así fue como los trabajadores la remaron hasta el final para poder seguir manteniendo vivo al Ciudadano. A partir del cierre que se produce por culpa de López y compañía, la justicia dictaminó que el diario podía seguir funcionando, y lo que se recaudaba de esa venta, distribuirlo para los salarios. Todos los trabajadores hicieron un aporte solidario y pudieron mantener la obra social, independientemente de que no se pagaran los sueldos. Después de seis meses de esta situación, en el 2009, Vignatti, el también dueño de “Ámbito Financiero”, vuelve a absolver el diario y a sus 67 empleados, tras declarar a punto bis: “Sentía que tenía una deuda con esa gente que me había ayudado en el primer momento de El Ciudadano”.

Aunque legalmente, al igual que hace diez años atrás, el propietario sigue oculto. Quien figura ante la ley como patrona de la nueva empresa “El Ciudadano y la Gente” es su hija. Continúa en las mismas manos, con los mismos riesgos. La empresa ofrece a sus trabajadores condiciones paupérrimas, resignándolos a perder la antigüedad, y restando un 30% de los sueldos para un convenio durante los primeros 6 meses de vida del flamante medio. Pero detrás de todo esto se logró el público conocimiento de que calaña es Eduardo López y como es el mecanismo que utiliza el Grupo Uno para explotar al máximo a la prole profesional de prensa.

La lucha de los trabajadores para defender sus derechos es un ejemplo para todos, mientras los patrones mostraron, una vez más, el poder y la impunidad que tienen. La justicia argentina podría, y de hecho debe condenar a Eduardo Lopez, por estafador y corrupto, pero por el momento no ocurrió. Manolo Robles dice no perder las esperanzas, y se define como una persona optimista. “Yo tenía esperanzas con la ley de medios y salió, tenía fe en que cambien determinadas cuestiones y cambiaron, que se condenen a los represores de la última dictadura y también se están juzgando, por eso siempre tengo esperanza”, fueron las últimas palabras de Robles. Mientras del otro lado, con total seguridad, Cerrutti Saco afirmó: “Eso fue hace mucho y quedó en la nada, como todo en este querido país” y al respecto de las posibilidades que existen para retomar la causa, definió: “Eso ya no existe”.

Una lucha que hizo historia

“Lo que nosotros rescatamos del conflicto del diario El ciudadano es que fue uno de los hechos que marcó un punto de transición en la historia del sindicato de prensa. Fue el trabajador periodista el que da un salto cualitativo en su lucha y es considerada una de las que mayor conciencia y solidaridad ha alcanzado. Se logra entender que somos trabajadores y no profesionales”, así lo definió Estela Hernández.

Todos los trabajadores coincidieron en que los conflictos de los medios siempre son los que menos prensa tienen, porque existe una relación corporativa entre los patronales que hace que se vayan cubriendo entre ellos. Y si sale algo a la luz es por el esfuerzo y el laburo de los compañeros para que eso ocurra. Este conflicto fue muy diferente al último de LT3, LT8 y La capital donde influyó mucho la resolución de Cristina de indicarle a Tomasso una intervención directa, desde el ministerio de la provincia y el de la Nación y además tuvimos el apoyo de la CTA que es nuestra central y el apoyo de la CGT.

Manolo Robles hace referencia a porque decide no ingresar a la nueva empresa y quedar completamente afuera del Ciudadano. “La decisión que tomé fue por una serie de circunstancias personales, una evaluación mía, era menor sueldo, perder la antigüedad, y arrancar de cero y no estaba dispuesto”, declaró. Sin embargo aseguró no juzgar a los que decidieron seguir trabajando para el diario, ya que cada uno sabe cuáles son sus necesidades y de manera colectiva se había acordado aceptar que la nueva asociación se haga cargo del medio gráfico. Terminó por explicar sus deseos: “Además como proceso colectivo, ponerme en contra podía joder la entrada de mis compañeros a la nueva empresa. A mí me hubiera gustado que me pagaran los aportes e irme con indemnización o de lo contrario, que los trabajadores nos quedemos con el diario”. Para terminar, una frase del trabajador de prensa que sintetiza lo que significa ser un empleado en situación de dependencia es: “En general la vida de los trabajadores es de puja, hay mejores empleos y peores, mejores condiciones de laburo y peores, pero siempre la tenes que luchar.”

El abogado del diablo

En primera medida cabe destacar que la Sociedad Anónima que manejaba el diario El Ciudadano & La Región, en términos de legalidad nunca perjudicó a Eduardo José López, ya que no aparece como acreedor de la misma. Por esta razón, los trabajadores del diario no pudieron reclamar en ninguna instancia lo que les correspondía. Fabio Cerrutti Sacco reconocido abogado de empresas, defendió hasta el cansancio a Nifadel S.A que nucleaba a López como principal acreedor, pero nunca fue demostrado ante la justicia.

Surgieron sorpresivas declaraciones del abogado defensor de López y de Miguel Ángel Tardío, ambos principales dueños del medio. Su protector, afirmó que lo que ocurría en los tiempos revueltos del Ciudadano era principalmente que no había dinero para pagar los sueldos que debía y por lo tanto López articuló todo lo que tenía que generar para sacarse el diario de encima. Lo que significó el cierre del diario ya que le generaba pérdidas.

“De la parte de López no había ninguna predisposición a pagarles, entonces los cuenteaba, dentro de 15 día les pagamos, que mañana, que pasado.”, sentenció Sacco.

No es posible explicar porque decide brindar este tipo de declaraciones, ¿Cerutti Sacco quiere ensuciar a su cliente? Hasta el momento nunca le había dado la palabra a ningún medio, pero sarcásticamente afirmó no tener problemas en hablar sobre el tema ya que ocurrió hace mucho. Sin embargo, minutos después comienza a mostrarse más sincero y hasta reconoció: “En los peores momentos yo iba sólo a las audiencias que generaba el ministerio de Trabajo, y me acuerdo que tenía un cagaso terrible porque sabía la situación, pero nunca me pasó nada”, recordando lo que sentía cuando López lo enviaba a las reuniones de conciliación. Del mismo modo, agregó que López es, fue y será siempre deficitario. El abogado del mismísimo diablo no se esforzó por desmentir nada, contó de manera abierta su testimonio, dejando expuesto a Eduardo López. El código y el secreto profesional parece que ya no rige.

-Durante el conflicto que vivieron los trabajadores del Ciudadano. ¿Esa causa quedó en la nada?

Cerrutti Sacco: Como todo en este querido país.

-¿Usted cree que hay posibilidad que se revea la situación?

Cerrutti Sacco: No, no existe eso. En mi opinión: tener el diario El Ciudadano fue únicamente un capricho de López, con eso lavaba dinero del club. Lo tuvo y listo, se desligó de él.

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